Noche de San Juan


Ayer fue el día de mi santo y nada mejor que celebrarlo al mejor estilo español. La noche llegó por sorpresa y los petardos anunciaban el comienzo de una jornada que terminaría a las seis de la mañana. Salí a la calle por un bocadillo y caminé hacia una verbena en la que se empezaba a concentrar los vecinos del barrio. La policía había cerrado un par de calles, y en el medio de la intersección, se alzaba una hoguera enorme; continuamente alimentada con muebles viejos, cartas de amor, deudas por pagar, libros malditos, fotos y cualquier cosa que pudiera ser quemada para iniciar un nuevo ciclo. Los niños, cual querubines, jugaban con petardos que tiraban a los pies de los más obnubilados como si quisieran despertarlos de un sueño. Cohetes y toda clase de artefactos pirotécnicos estallaban por todos lados.

En muchos lagares de España en la noche de San Juan se repiten estas escenas. Esta fiesta de orígenes muy antiguos corresponde con la noche mas corta del año, del 23 al 24 de junio. Al parecer se practicaba todo tipo de ritos vinculados a la purificación, la fecundidad, la solicitud de bonanzas, y al alejamiento de males. Por eso la noche de ayer tenía un carácter muy especial. Era una buena excusa para hacer borrón y cuenta nueva, diluir los sabores amargos, librarse de los malos espíritus y mover el esqueleto para recordar que seguimos estando vivos. El fuego y el agua son elementos purificadores y muy importantes dentro de los ritos de esta fiesta. El origen pagano de las fiestas fue después acogido por los cristianos que celebran el nacimiento de San Juan Bautista, cuyo padre Zacarias, anuncio a sus familiares la noticia encendiendo hogueras y saltando sobre ellas.

Recibí unas cantas llamadas de amigos que me esperaban en la playa, allí la fiesta era multitudinaria. Un grupo de cinco chicas suecas le pusieron el ingrediente femenino a la noche. El fuego siempre presente, un ambiente muy carnavalesco se sentía por todas partes. Cualquier chiringuito era un lagar perfecto para bailar y tomarse unas cervezas. La fiesta se prolongó hasta el momento mas esperado: volver a ver el sol que según aseguraban tendría que salir bailando. Y así fue, el sol salio y mientras tanto yo caminaba de vuelta a casa tarareando esa canción de Serrat que tanto le gusta a mi papá:

“Y con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal, la zorra pobre al portal,
la zorra rica al rosal y el avaro a las divisas.
Se acabo, el sol nos dice que llego el final,
por una noche se olvido que cada uno es cada cual…”


1 comentario:

  1. Que bonito y cómo me emociona leerte hijo en esta crónica de una escena que vivo a través de ti y que yo quisiera haber vivido. Pero la vida no es todas las cosas que uno soñó para sí, es tal vez las que los hijos viven en otras circunstancias y otras vueltas.
    Me emociona hasta las lágrimas...
    Certera la cita de JMS..."Fiesta" es una descripción de una noche de San Juan... de tu San Juan...

    "Y al darles el sol la espalda
    revolotean las faldas
    bajo un manto de guirnaldas
    para que el cielo no vea
    en la noche de San Juan
    cómo comparten su pan
    su tortilla y su gabán
    gentes de cien miel raleas"

    Tu pá

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