En toda la costa caribe colombiana, los tambores africanos resuenan desde el tiempo de la colonia. Primero hubo la Cumbia y el Bullerengue, ritmos africanos traídos por los esclavos. Después llego el Son, venido de Cuba y que llego a Colombia hacia 1920. El Son se arraigo en la tradición afro-colombiana más profunda: la de los descendientes de los negros cimarrones que se rebelaron contra la esclavitud. En Palenque de San Basilio, pueblo cimarrón fundado en el siglo XVI, el SEXTETO TABALA (que significa "tambores de guerra" en créole afro-colombiano) toca el "Son Palenquero" desde hace mas de 50 años. Pero la historia de Palenque no se detiene: del tronco de la tradición crecen rápidamente las ramas de la modernidad. Hoy, los negros cimarrones de Palenque migran hacia las grandes ciudades vecinas (Cartagena, Barranquilla), buscando un futuro mejor. Es en Cartagena, ciudad colonial que fue uno de los más grandes puertos negreros, que nació la nueva música afro-colombiana: la Champeta, mezcla tórrida de Soukous africano, de ritmos colombianos y de influencias caribeñas (Socca, Calypso y Reggae). Esta historia hace parte de el filme Los hijos de Benkos, una coproducción colombo francesa documental de 52 minutos, que recibió Mención Honorífica en el premio Bartok del Festival "Bilan du Film Ethnographique" en Paris (2001). Dirigida por Lucas Silva, hijo de los documentalistas Martha Rodríguez y Jorge Silva, este documental contó con la participación del Centro Nacional de la Cinematografía cnc (france) -rfo-mezzo- y el Ministerio de Cultura de Colombia. El sonido estuvo a cargo de Cesar Salazar y el montaje fue realizado por Katia Martin y Frederick BERAUD.
Este documental se podrá ver el próximo 19 de abril, a las 4 pm, en las instalaciones del ICANH, como parte del ciclo que viene realizando esta institución.
Super interesante!! bacano conocer mas sobre la cultura musical del caribe que es muy rica
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