EL DULCE LEÓN AFRICANO

Hace diez años, en una tarde inspirada por la reina del lúpulo, alguien a quien llamaremos el Borges negro me dio una idea cuando yo dije que quería escribir un libro sobre ese deporte que en todas las aldeas del mundo practican mejor que nadie los hijos del mestizaje: que escribiera un libro sobre los grandes derrotados. Los años pasaron: vinieron los hijos y los poemas, el silencio y la cebada.

(lee el prólogo)

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